Por los caminos de Huesca (II)


LOS FESTIVALES DE CINE EN ESPAÑA: Huesca (II)

Los homenajeados

Escribe: Mister Arkadin, Daniela Montoya

web Festival de Huesca
El festival de Huesca no tiene, en si mismo, demasiados alicientes para la prensa especializada de cine. No sé cuanta prensa cubre este festival aparte de la local, pero desde luego no demasiada. Esto mismo que decimos respecto a Huesca es aplicable a una gran parte de los certámenes que tienen lugar en España. Una realidad, que pensamos, asume su dirección. No quiero decir con esto que los festivales no cumplan su cometido. Lo cumplen. Huesca da la posibilidad de que los cortos sigan su recorrido, y por tanto sigan intentado ser, sus autores, conocidos y reconocidos en el campo que han decido trabajar y en el que tan poca salida comercial van a encontrar.

Los cortos, como hemos dicho en varias ocasiones, al pasar de un sitio a otro van a ser conocidos aquí o allá. Más tarde o más pronto por quienes cubren la información de los festivales. Para que un certamen de cortos resulte atractivo, y pueda enganchar, debe rodearse de múltiples actividades lo suficientemente interesantes y llamativas. Las de Huesca no son más que para las personas de Huesca y de los alrededores. Pero para el resto de la familia cinematográfica que se supone vive al día el cine, el aliciente es mínimo. Los homenajes, interesantes pero desperdiciados en parte ―tampoco van mucho allá de lo que se puede encontrar en otros lugares en el pasado o en el presente―; la muestra de cine europeo cumple su objetivo para que los oscenses puedan conocer algunos títulos que a ellos no les han llegado (ni les llegarán). `Espejos en la niebla: Un ensayo audiovisual de Basilio Martín Patino´, VV.AA.; y `Poemas de la desolación. El cine de Theo Antelopoulos´, de Manuel Vidal Estévez
Hay publicaciones sobre los homenajeados (no todos los certámenes las tienen) pero no se pueden comparar a las que se editan en, por citar las que se realizan en algunos sitios, Gijón, la SEMINCI de Valladolid, Cines del Sur de Granada, o (cuando se realizan) las de Cinema Jove. En Huesca sus publicaciones son, como la ciudad, pequeños libros. Eso sí, necesarios y que, además, este año han contado con el aliciente de incluir (en los dos referidos a los realizadores homenajeados) respectivos DVDs.

También en otra ocasión hemos indicado, así lo creemos, que el esfuerzo realizado para llevar a cabo homenajes como, por ejemplo, los que han tenido lugar este año, no se corresponden ni mucho menos con la efectividad de los mismos. Veamos, así, lo referido, en ese apartado respecto a este año.


Angelopoulos y Patino

Huesca puede alardear, y con razón, de sus muchos años de existencia. Pero esos años no le deben llevar a repetir cansinamente, como si de una fotocopia se tratase, los éxitos (o los errores) de anteriores ediciones. Se debe tratar, para ir hacia adelante, abriéndose a la innovación y la renovación. Nada mejor para ejemplarizarlo que los dos directores que este año se han escogido para recibir los premios `Ciudad de Huesca´, a Patino, y `Luis Buñuel´, a Angelopoulos, ya que ambos representan la lucha por un cine nuevo, indagador de la memoria como forma de adentrarse (o reflexionar) sobre el futuro.

Intencionado o no, Huesca unió en con este homenaje a dos autores cuya temática tiene muchos puntos en común. Ambos cuentan historias sobre la Historia de sus respectivos países. Ambos buscan en la memoria la forma de reconocer la existencia de un pasado como forma de reflexionar en el hoy. No hubiera estado mal un encuentro entre ambos realizadores para que plantearan y discutieran sobre su manera de acercarse a la Historia. Haberlos hecho coincidir en el certamen hubiera permitido contrastar, comparar y confrontar sus puntos de vista, y su breve paso por el certamen no hubiera sido sólo llegar, saludar, recibir el premio y marcharse. En tal caso, quizás los sorprendidos no hubieran sido sólo ellos, por el lugar en el que estaban (el recargado Teatro Olimpia) y el reconocimiento que les brindaba una pequeña ciudad de España, sino el conjunto de la población de una región (la aragonesa) de alto voltaje cinéfilo, ya que en ella han nacido varios excelentes realizadores de nuestro cine.


Basilio Martín Patino, en HuescaTheo Angelopoulos, tras recibir el premio `Luís Buñuel´ en Huesca

Ni se encontraron ambos realizadores, ni su pase por Huesca ha dado lugar a un debate (charlas, congreso, seminarios) sobre una obra tan pareja temáticamente aunque alejada en sus escenarios naturales. No sé si todo se pudo comprobar con esos miniciclos que difuminan, y no amplían, el conocimiento de los autores. Soy de los que defienden que un homenaje a un hombre de cine debe de estar refrendado por una amplia (y no mínima) exposición de sus obras. Y, si es posible la totalidad, mejor que mejor. Huesca nunca lo ha entendido así. Es, claramente, su opción, quizás pensado en una rentabilidad acorde con su público, pero no acorde con la (supuesta) función de extender y dar a conocer ampliamente a un autor.

Ocurrió con Kavalerovicz, con Tavernier, y ha vuelto a pasar este año. Meras noticias de prensa que, en la mayoría de los casos, se difuminan en unas páginas de diarios locales o regionales, o en el aire de unas emisoras del mismo corte. Y ambos realizadores tienen mucho que decir, que contar, que hablar para que simplemente convertidos en rutinarios homenajeados con foto y aplausos.

El camino innovador de Patino, su rebeldía pegada y apegada a su cine, y la forma de construir Angelopoulos sus historias pausadas y circulares, deberían haberse presentado con mayor provecho.

Se editaron libros sobre ambos, en uno de los cuales (el de Patino) colaboraron algunos de los compañeros de Encadenados. Por eso, sobre todo por eso, estuvimos algunos de los redactores de la revista en Huesca. Por eso y por encontrarnos con viejos amigos al tiempo que conocimos a entrañables, y también algunas curiosas, gentes que se mueven por el mundo del cine y de los festivales. Unos encuentros que facilita una ciudad como Huesca y que es uno de los grandes alicientes de este certamen.

Fuimos por esos encuentros, por pasear y dar una ojeada a Huesca, por saludar a la buena gente que conforma la dirección del certamen, pero sobre todo por estar con el maestro, con el gran amigo que es Patino. Acompañarle, en parte de las (pocas) horas en las que estuvo en el certamen, y participar en su homenaje. Otro más que se viene a unir a los múltiples que en España y fuera de ella se le han hecho, ya sea en eventos, en festivales o en reconocimientos mil.

En la presentación del libro `Espejos en la niebla´, (izda-dcha) Milagros López, Adolfo Bellido y Begoña Gutiérrez San Miguel
Estuvimos cuatro días en Huesca para que Milagros y Adolfo presentaran también el libro en el que colaboraban, y para que Adolfo hiciera un seguimiento del certamen. Pero, hoy, cuando el festival ha terminado nos seguimos haciendo varias preguntas de difícil respuesta. ¿Realmente estuvimos en Huesca? Y si estuvimos ¿en virtud de qué? ¿Se no invitó o se nos acreditó como prensa? ¿Soñamos todo simplemente o fuimos como unos fantasmas perdidos por Huesca? Pasaremos a explicar tal enigma lo más rápidamente posible. De momento Huesca va encerrándose en una parte de nuestros recuerdos mientras se abre la ventana que nos asoma al festival de los Cines del Sur de Granada. Pero antes que eso ocurra, que se cierre la puerta de Huesca 2009, en los próximos días volveremos a andar y reflexionar sobre lo que nos ocurrió, vivimos o tal vez soñamos en el festival oscense celebrado en junio de este año.

Comentarios

  1. ¿Patino y Angelopoulus en Huesca? ¿Vieron sus películas los habitantes de la ciudad? ¿Que opinaron ellos de Huesca y los espectadores de sus películas? ¿Por qué no se propició un diálogo entre amobos?

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