Crítica de Bienvenidos a Zombieland

CAMINOS TRILLADOS
por Luis Tormo


Bienvenidos a Zombienland



Bienvenidos a Zombienland

En plena época de películas navideñas, entre historias de buenos deseos, dibujos animados, renos y nieve, llega a nuestras pantallas Bienvenidos a Zombieland (Zombieland, 2009). Dirigida por Ruben Fleischer, la película nos propone una revisión del subgénero de muertos vivientes donde dos hombres, a los que posteriormente se unirán dos hermanas, lucharán por sobrevivir a la plaga de muerte y destrucción que se ha extendido por los EE.UU.


Del mismo que en 1996 Wes Craven, con Scream, diseccionó las claves de las películas de terror sobre asesinatos de adolescentes, Bienvenidos a Zombieland intenta ahora ironizar de una manera similar con los filmes de muertos vivientes. Así, mientras que en Scream teníamos una serie de hechos que de cumplirse significaban la muerte de los protagonistas, en la primera parte de Bienvenidos a Zombieland asistimos a una recopilación de aquellas reglas que deben observarse para no acabar de alimento de los no muertos, una especie de manual del buen superviviente, con una serie de consejos como no estar gordo, mirar en el asiento trasero del coche, no hacerse el héroe o disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.


De esta forma el filme de Fleischer se convierte en una recopilación de elementos comunes ya vistos en otros filmes y que bajo el prisma de la ironía intentan analizar los mecanismos de este subgénero de terror. La película no deja títere con cabeza, nunca mejor dicho, y repasa todos los típicos que giran en torno a personajes y situaciones. Desde el personaje de supermacho que encarna Woody Harrelson, un vaquero experto en armas y obsesionado con conseguir comerse el último pastelito y donde no es difícil entrever la otra cara del personaje que Harresol interpretaba en Asesinos natos, pasando por el joven inocente o las dos hermanas que se unen a los protagonistas pasado el primer tercio del filme. Con estos mimbres, Bienvenidos a Zombieland teje un producto que subvierte el orden establecido en el género y que le lleva a reírse de la masculinidad (los personajes fuertes e inteligentes son femeninos), la sociedad americana (el paraíso buscado es el parque de atracciones) e incluso del propio cine (la imagen que se muestra de Hollywood). En este sentido quizá la parte en que mejor funciona la ironía viene con el pequeño fragmento en que aparece Bill Murray y que sirve para reflexionar sobre el mundo del cine, las estrellas y Hollywood.


Bienvenidos a ZombienlandBienvenidos a Zombienland


Pero Bienvenidos a Zombieland tiene dos elementos que impiden que la película vaya más allá del simple divertimento. El primer elemento es inherente al filme y es una característica que cada vez se repite más en el cine de terror: una buena idea que sirve para arrancar la historia pero que es capaz de extenderse a todo el filme. Es por ello que pasado el efecto cómico inicial, la película se vuelve reiterativa y pese a su escasa duración, el paso de los minutos pesa en exceso en el resultado final.


Y el segundo elemento decepcionante viene provocado por causas externas y tiene que ver con el camino emprendido por el propio subgénero de muertos vivientes, es decir, la supuesta visión cómica sobre el asunto ya la han destacado en primer plano otros filmes anteriores. Desde Amanecer de los muertos (Zack Zinder) a 28 semanas después (Juan Carlos Fresnadillo) o incluso los últimos trabajos del padre de los muertos vivientes, George Romero (Land of the dead y Diary of the dead)) son ya trabajos que suponen una vuelta de tuerca sobre el género y donde el empleo de la parodia y la ironía es precisamente la base que sostenía la estructura de esas películas.


Es por todo ello que Bienvenidos a Zombieland se ve con la simpatía del entretenimiento fácil pero una vez consumido el producto, como no aporta valores originales que la diferencien de otras propuestas similares, cae rápidamente en el olvido.







Director: Ruben Fleischer. Producción: Ezra Swerdlow. Guión: Rhett Reese, Paul Wernick. Interpretes: Woody Harrelson, Jesse Eisenberg, Emma Stone, Abigail Breslin.

País: EE.UU. Año: 2009. Duración: 88 minutos.


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