¡Bienvenido, Mister Marshall! Del Imperio Austrohungaro al Plan Marsahll

Escribe Carlos Losada


Bienvenido Mister Marshall
ELUCUBRACIONES AUSTROHÚNGARAS

No es posible acercarse al cine, y a la casi siempre demostrada eficacia y solvencia moral, política y social, de Luis G. Berlanga sin hacer mención, diría que obligada, al Imperio Austrohúngaro y a las consecuencias, terribles y beneficiosas, entre otras, que ha tenido para nosotros “su desmembración”, que nos ha llevado al mundo tal y como lo conocemos, y diría que lo vivimos.

Si vamos al principio, en una acomodada familia valenciana, hacia el 12 de junio de 1921, sabemos que tuvo lugar su nacimiento. De primeras, claro, no sabía, no conocía nada; feliz el autor de ocuparse de las prerrogativas para soltar la imaginación al libre albedrío y no darse por enterado de lo que no fuese crecer, alimentarse y dormir soñando futuras imágenes y algarabías, que pretendían dejar en nada a las fallas de aquellos años, y unos incansables e insistentes principios eróticos, que espacio y tiempo confirmarían.

Todo empezó a intuirse, o a forjarse en el hipotálamo, vaya usted a saber, cuando decidió conocer de primera mano, empezando por los pies, lo que era en verdad, en 1940, ese frente ruso, que estaba más allá de los imperios estudiados. Se olvidó de la facultad de Letras de la Universidad de Valencia y se fue para regresar con mucho más que lo puesto. Ya tenía el tema, y los derivados, de sus andanzas, aventuras, desplantes. Atrás dejaría sus pinitos de pintor. Y con Pasbt, en un cine-club valenciano organizado por él, se aficiona al cine.

Y las aventuras empezaron, puntualmente, en 1947, al ingresar en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas: nuestra flamante escuela de cine, la IIEC, albergue de gente de talento, y de algunos disidentes, que allí podían expresarse con bastante libertad. Fue la primera piedra que iniciaría el Imperio Austrohúngaro. Si antes ya lo tenía concebido, eso parece atestiguar Berlanga cuando planta fallas en la Plaza del Caudillo, ahora ya no cabe duda que el futuro se muestra en el éxito que alcanza con su primer largometraje.




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