Calabuch. Fuenteovejuna según Berlanga

Escribe Eva Cortés

Calabuch
En 1956, en plena posguerra, se estrena este filme neorrealista, donde Luis García Berlanga continúa con su cine de critica sutil.

Durante aquella época el cine estaba dividido. Por un lado los pegados al régimen como Ignacio F. Iquino, Rafael Gil, Juan de Orduña, Arturo Román, José Luis Sáenz de Heredia, Edgar Neville o Manuel Mur Oti se dedicaron a rodar películas donde exaltaban los valores españoles y la política de la época.

Por el contrario, una serie de directores se decantaron por esquivar la censura e intentar plasmar en la pantalla las debilidades de su país. Estos fueron fundamentalmente: Juan Antonio Bardem, Marco Ferrari y Luis García Berlanga.

Los tres están pegados a la corriente neorrelista que se había iniciado en Italia, con tramas ambientadas en los sectores más desfavorecidos, con abundancia de escenas en exteriores y con temáticas que reflejaban la situación económica y moral.

Luis García Berlanga abrió su particular veda en 1953 con Bienvenido, Mister Marshall donde critica el aislamiento político que estaba sufriendo el país para salir adelante de la guerra civil; aislamiento por parte de las potencias europeas.

Dos años después continúo con esta labor con Calabuch, el filme que aquí nos ocupa. Con Calabuch Berlanga critica las malas relaciones internacionales, además de algunas de las tradiciones culturales – los toros – y ridiculiza la complicación que se hacia de las cosas. Pero vayamos por partes:



Comentarios

  1. Creo que el episodio del torero lo desarrolló años más tarde en 'La Vaquilla'. Pero le faltó José Luis Ozores. El actor más genial de todos los tiempos, ante quien se tendrían que arrodillar todos los del Old Vic ingleses.

    Siempre me intrigará el pintor de las eses.

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