Filmando vida


La religion egipcia, polarizada en su lucha contra la muerte, hacía depender la supervivencia de la perennidad material del cuerpo, con lo que satisfacía una necesidad fundamental de la psicología humana: escapar a la inexorabilidad del tiempo. La muerte no es más que la victoria del tiempo. Y fijar artificialmente las apariencias carnales de un ser supone sacarlo de la corriente del tiempo y arrimarlo a la orilla de la vida. Para la mentalidad egipcia esto se conseguía salvando las apariencias mismas del cadáver, salvando su carne y sus huesos”.

André Bazin en
Ontología de la imagen fotográfica,
en ¿Qué es el cine?


The Long Holiday Johan Van der Keuken, 2000


Cuando puedo crear una imagen, me siento vivo.
Pero estoy muerto, ya que aquí no hay luz.
Nada de luz, y por tanto, nada de contacto.
Nada de contacto, entonces ninguna imagen.

Los chicos y las chicas de la favela han salido,
pero fuera de campo.
Porque no hay la luz.
Entonces yo estoy muerto,
muerto en lo más profundo de mí.

A mi parecer, no es demasiado solidario
por parte de estos pobres de las favelas
que desbordan vida.

Esta película es un libro de muertos.
Con todo, yo ni aparezco.
Está concebida para sobrevivirme,
no será más que un breve instante.

Aunque tarde o temprano,
todos estarán muertos.
Los seres y los animales que han
dado su vida a mis imágenes.
Pero entonces estarán dentro de este libro,
y cualquiera los podrá leer,
y ellos resucitarán,
sin mí.
O permanecerán adormecidos,
como mera referencia,
sin ningún recuerdo de mí.

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