Mecal: balance y palmarés

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La heterogeneidad de formas y contenidos propuesta por el Mecal ha sido, una vez más, apabullante. Principalmente, por los conjuntos de cortometrajes que se proyectaron durante diez días intensos. Pero también, por las actividades excéntricas realizadas fuera de los cines Maldá y la Residencia de investigadores (sedes principales), caso de la proyección de algunos cortos de Eric Rohmer en el Instituto Francés, videoclips en el café Mau Mau, la sesión que cobijó el museo del MACBA sobre el retorno a los cortometrajes de cienciaficción de hace unas décadas o, sobretodo, el concierto de la banda de Flandes Das Pop, complemento musical a la amplia selección de cortometrajes de Bélgica en tanto país invitado del Festival. En todas las sesiones y actividades, el respaldo del público ha sido palpable. Colas en las taquillas y la formación de corros a la salida de la proyección ha sido la tónica habitual de un festival que ya no se conforma con espectadores autóctonos.


INTERNACIONAL

The ground beneath, Yanindara
El resultado del palmarés de la sección Internacional constata que una de las preferencias de este jurado ha sido el tratamiento naturalista. En los cuatro títulos que han elegido, tres premiados más una mención especial, los desvíos ficticios de la narración son placados por un férreo sentido del realismo estético. Lo cual, además, contribuye a exaltar el mensaje humanista ―si es que esta noción aún existe― que contienen los cuatro cortos. Temas esenciales como el maltrato y el respeto, la amistad y el amor, son tratados con brillantez en The ground beneath / En el suelo, corto injustamente relegado a una “mención” en beneficio de Segal. En el primero, es de agradecer que Rene Hernandez prescinda de las pinceladas sentimentalistas tan habituales en las historias de adolescentes con padres viudos y diana de las pandillas de macarras del colegio. Y todo ello, narrado con delicadeza, sin que resulte grotesco y ahorrándose cualquier mirada moralista. Similar estilo directo, y también con adolescentes de por medio, es Yanindara (ver web / trailer en Youtube), excelente trabajo del español Lluis Quilez. Tomando como pilar las personas reales que integran un campamento gitano, a través de la cámara Quilez los sumerge en una historia ficticia en la que tienen cabida milagros, bodas consensuadas y el despecho. Sin duda, un gran trabajo de dirección que el público agradeció con aplausos. Por contra, mayor indiferencia causaron la producción israelí Segal, de Yuval Shani, y la española Rumbo a peor, de Álex Brendemühl, incluída en la sección Obliqua. El primero, distinguido con el premio principal en la competición Internacional, no despertó demasiado entusiasmo con la parsimoniosa historia de Segal, un hombre maduro que vive ensimismado en su refugio hogareño. Sólo la visita inesperada de su hija, quien hace tiempo se casó y le ha hecho abuelo (aunque él no lo sepa), provocará que Segal reaccione ante su aislamiento social, pero también psicológico y temporal. Por su parte, el reputado corto de Brendemühl se recrea con el extrañamiento que provoca ver dos tipos, oportunamente vestidos para un partidito de fútbol, vagando perdidos por mitad del campo.

Rumbo a peor, de Álex Brendemühl



Cuestión de amor

Crossing, Microfísica, El deseo, OnaEn esta predilección del jurado por historias que ahondan en la esencia del ser humano, hurgando en sus miedos y sus anhelos, bien podría haber encajado Crossing / De orilla a orilla, de Silvana Aguirre Zegarra. Situándose en el eje perceptual a Alastair, un joven ciego, Aguirre nos presenta otra forma de sentir el primer flirteo adolescente. Sin embargo, en el palmarés quedó fuera de juego. Como también todos esos cortos que han ahondado en un tema recurrente en la competición internacional. A saber, las relaciones de pareja y, como correlato, el amor y las rupturas. Entre ellas, destacaron la elegante propuesta del mallorquín Joan Carles Martorell Microfísica (ver web) y el divertido musical La prevention de l´Usure / La prevención del desgaste (al modo de On connait la chanson), de Pilles charmant. La mexicana Marie Benito, con El deseo, toma como detonante el abandono, tras muchos años de matrimonio, para aborda el descubrimiento de una nueva sexualidad en una mujer madura.

Quienes han sabido transmitir la porosidad del deseo han sido la italiana Laura Chiossone y, sobretodo, Pau Camarasa, quien con Ona (ver web) realiza un extraordinario trabajo de fragmentación. Con la densidad de la fotografía en blanco y negro, Camarasa logra hacer una condensación de sensualidad y deseo entre dos cuerpos desconocidos que se encuentran en la playa, bajo un sol ardiente, tomando un baño en el mar. Mientras que Chiossone, en Spighe / Espiga, retorna al tópico del primer encuentro con el sexo de dos adolescentes en un granero, aunque el desenlace no sea como deseaban los personajes.

En el tratamiento del tema de pareja, dos realizaciones españolas han sobresalido (ya venían haciéndolo desde otros festivales) por su peculiar punto de vista. Con ironía, Álex Montoya echa por tierra los tópicos masculinos de éxito en la primera cita en Cómo conocí a tu padre (facebook). Tampoco carente de humor, Fernando Franco analiza científicamente en Tu(a)mor (elaborada producción de la ECAM) el proceso de enamoramiento, feliz convivencia y ruptura en función de las arritmias del corazón, un músculo en un organismo complejo…

Cómo conocí a tu padre, de A. Montoya

trailer en Vimeo



Inquietantes

Desde el Reino Unido, dos realizaciones hurgaron en la psicología de los personajes para generar la tensión. Por un lado, Emma Sullivan sorprendió con el desconcierto del protagonista de After tomorrow / Pasado mañana. James, un hombre con recuerdos confusos, es el protagonista de esta intriga psicológica en la que paranoia y esquizofrenia dan vía libre a la confusión. Mientras que en First kiss / Primer beso, Charlotte Walls nos sitúa en el misterio de un cruel acontecimiento protagonizado por Carla, una niña de once años. Corto perfectamente ambientado en un barrio obrero inglés de finales de los setenta, allí, entre los fríos bloques de trabajadores, Carla se niega a explicar qué le llevó a cometer semejante acción.

Por su parte, la argentina Los Extraños de Martín Sebastián Caulier, nos remite a los desasosegados relatos breves de Ibánez Serrador. Como ocurría en sus Historias para no dormir, en los que lo terrorífico y lo impensable son variables que afloran con aparente naturalidad, lo que se intuía como una plácida mañana en la piscina se puede tornar una experiencia desgraciada. De forma similar, también Grégoire Colin gusta de generar desasosiego con La baie du renard / La bahía del zorro, aunque esta vez las vagas reminiscencias traen a flote el largometraje Calma total (Dead Calm 1989). En este corto, Colin aborda el determinismo de clase a través de un adolescente. Es desde su mirada, observando una pareja que ha amarrado su lujoso velero frente a las rocas de un acantilado, cómo salen a flote los deseos, sueños y anhelos que hacen que su mirada inocente transmute en frustrante, pasando por prepotencia y rabia.

Pero ninguna de ellas es comparable a la concisión que Pierre Ferriere imprime a Tout ma vie / Toda mi vida. Magnífica resolución de este corto que, a pesar de basarse en una creencia extendida, logra mantener la incertidumbre hasta el último momento.

Tout ma vie, de P. Ferriere




Animados

Passeio de domingo, Les cowboys n´ont pas peur de mourir, Chytte ho!, Cikorja an´kafe, Allons-y! Alonzo!
La mezcla de diversas técnicas de animación con filmaciones ha dado lugar a llamativos cortometrajes. Este es el caso de la portuguesa Passeio de domingo / Paseo de domingo, interesante descomposición de los personajes que concibe José Miguel Ribeiro; la descabellada L´homme à la Gordini / El hombre del Giordini, de Jean Christophe Lis; Löger / Mentiras, de Jonas Odell, tremenda historia de caída a los infiernos de la droga; el humor de Draw poker / Póquer tapado, de Emil Sellström, Svend Rothmann Bonde, Stephan Süssmann y Lise Vestergaard Jensen; la india RAAH (ver), de Sanjay Jangir, bella parábola sobre la libertad; Les cowboys n´ont pas peur de mourir / Los vaqueros no temen a la muerte, en la que los galos Anne Laure Daffis y Léo Marchand reinterpretan el western desde una perspectiva existencialista.

Con todo, es sorprendente ver la habilidad que muestran las realizaciones procedentes de la Europa del este para contar historias maravillosas y, al mismo tiempo, con temas tan aparentemente simples. Este es el caso de las eslovacas Chytte ho! / ¡Atrápalo! (ver web / trailer) y Cikorja an´kafe / Achicoria y café (ver web / trailer), respectivamente de Boris Sima y Dusan Kastelic. Si en la primera las tropelías de un niño en un museo dan pie a simpáticas recomposiciones vía stop motion, Kastelic se hace valer de diferentes técnicas de animación para recrear una fantasía con un poso tremendamente realista. A saber, ese que consiste en lograr convivir en pareja durante años, hasta que la muerte nos separe, aunque sea a costa de un pequeño (e imprescindible) engaño.

Ya mencionamos anteriormente (ver día 15) el desparpajo de Camille Moulin-Dupré ( ver blog personal) a la hora de versionar ―¡en formato cortometraje y de animación!― el primer largometraje de Godard Al final de la escapada. Así, el rostro y los gestos de Belmondo se reintegran en la estructura de comic que la autora francesa articula en Allons-y! Alonzo! / ¡Vamos Alonzo!. A éste, perfectamente se podrían sumar Noteboek / Cuaderno de notas, con el que Evelien Lohbeck condensa algunos de sus trabajos anteriores en los que muestra su dominio de las nuevas tecnologías y su fusión con técnicas más “tradicionales” (como el stop motion); y The cat piano / El piano de gatos, en el que Eddie White y Ari Gibson dan buena muestra de su habilidad para ceñirse a las consignas estéticas del cine negro. En este breve corto, kafkiana historia de misteriosas desapariciones, la narración oral se beneficia de la reminiscencia a cuentos tradicionales.

Noteboek, de Evelien Lohbeck




The cat piano, de E. White y A. Gibson







OBLIQUA


Please say something, Jenny and the worm, FlashedLas propuestas más creativas se enmarcaron en la sección Obliqua. En esta, han tenido cabida cortos de narrativas sesgadas o, directamente, relatos suprimidos en pro del planteamiento estético. Pero, también, cortos bizarros, tan imaginamente bizarros que trastocan el orden común de las cosas y abren nuevos caminos conceptuales. Este es el caso del vídeo premiado Please say something / Di algo, por favor, animación de David Oreilly, y de Jenny and the worm / Jenny y el gusano, que mereció la mención especial del jurado. El primero, con el trasfondo de una historia sobre conflictos de pareja entre una gata y un ratón, revaloriza el dibujo esquemático que permitían los juevos de las máquinas tragaperras que funcionaban con chips. Mientras que en el segundo, su director Ian Clark introduce con absoluta normalidad un elemento de ciencia ficción (a saber, un gusano gigante) en la historia común de un crío que, entre gamberrada y gamberrada, hace todo lo posible porque la chica del barrio que le ha robado el corazón se fije en él.

Por su parte Flashed / Retratado, el corto ganador del premio del Jurado Joven, se autodefine como “un cuento macabro y siniestro sobre la extraña obsesión de un hombre con un fotomatón”. Así, en esta realización de Julian Krubasik, lo que en largometraje Amelie ( XXX ) era pura anécdota, aquí es el medio para reflexionar sobre la repercusión que tienen las obsesiones en el paso del tiempo.



Re-estructurar

Límites: 1ª persona, Hanassaari A, ContinuumUn buen puñado de los cortos presentes en esta sección han trabajado la reconstrucción formal del material fílmico. Y, entre ellos, es necesario destacar dos trabajos españoles. Zeitriss, de Quimu Casalprim i Suárez (ver bog personal), y Límites: 1ª persona, de León Siminiani. Ambos cortan la transición lineal de tiempo con el fin de investigar las evidencias que constaten la ruptura de una relación de pareja. El primero, trabajando sobre fotografía digital ―en blanco y negro―, con la que obtiene una gran definición en la ralentización de la imagen. Mientras que Siminiani recupera grabaciones de viaje para, revisionándolas una y otra vez, inscribir sobre las imágenes una voz en off analítica y crítica, pero también sentimental.

También resultó muy interesante el trabajo de descomposición de la imagen que plantean los finlandeses Hannes Vartiainen y Pekka Veikkolainen en Hanassaari A (ver web). Las “comunes” imágenes documentales, con que se inicia este corto sobre la demolición de un edificio (en este caso, una antigua central energética), paulatinamente también se van resquebrajando con cada acción de la maquinaria pesada que está tirando abajo el edificio. Y, por supuesto, no hay que olvidarse del plano secuencia que realiza el italiano Devis Venturelli en Continuum, que ya comentamos anteriormente.

Otros cortos apostaron por la potencialidad de la imagen. Tal es el caso de
Hiccup / Hipo, de Derville Quigley; L´amertume du chocolat / El sabor amargo del chocolate, de Lucile Chaufour; Becoming / Convertirse, de Ayelen Liberona; o Lebensader, de Angela Steffen. Son trabajos muy esteticistas que, sin menospreciar su contenido discursivo, se sostienen esencialmente en su fuerza visual.

Zeitriss, de Q. Casalprim i Suárez



Otros puntos de vista

Obviamente, no podían faltar las narraciones que abogan por poner en cuestión nociones que, tan asumidas por costumbre, damos por evidentes. Así, en el campo de las animaciones, probablemente el más destacado haya sido Logorama, de François Alaux, Ludovic Houplain y Hervé de Crécy. Colorida reconstrucción del mundo a partir de marcas, iconos y logotipos comerciales, esta divertida crítica al hiperconsumismo de la globalización ni siquiera descuida incorporar una feliz melodía que nos alegre el día. Por derroteros similares anduvo el japonés Kosuke Ienaga con Metro. Tomando como escenario el medio de transporte de las urbes, Ienaga anima ―literalmente― la vida de los grises hombres de negocios trajeados.

Je criais contre la vie. Ou pour elle, Anna Blume, Nourrir l´animal, Hyvä meininkiOtras animaciones interesantes fueron Je criais contre la vie. Ou pour elle / Yo gritaba contra la vida. O por ella, en la que Vergine Keaton pone en juego la estabilidad de los conceptos aprendidos al convertir los perros de caza en perseguidos por sus supuestas víctimas; o la surrealista interpretación del amor que en Anna Blume narra, con trazos gruesos en blanco y negro (al que se suma el rojo), Vessela Dantcheva; o, también, la forma en que Stephanie Lansaque y François Leroy, mediante estilizadas líneas de dibujo, con Mei Ling dan un simpático giro en las relaciones de pareja a raíz de los efectos que provoca el (des)amor.

Mientras que, entre las ficciones, Hollie Lavenstein pone en jaque al protagonista de Just act normal / Sólo actúe con normalidad cuando, por distintas alteraciones espacio-temporales, acaba desubicándolo totalmente de su entorno conocido. Y tampoco es nada desdeñable Catafalque / Cadafal, del austríaco Christoph Rainer, intrigante historia hictkochiana acontecida en el seno de un hogar.

Asimismo, cabe resaltar la coincidencia de dos cortos en su crítica directa al incesante flujo de consumo y desechos. Desde Francia, S. Louis documenta en Nourrir l´animal / alimentar la bestia el proceso industrial de deglutición de papel que hace una fábrica de reciclaje. Y, desde Finlandia, Niina Suominen se pringa las manos realizando un colorido stop motion exclusivamente con alimentos. El resultado es Hyvä meininki / Cosas buenas, que finaliza advirtiendo que todo el corto se ha elaborado exclusivamente con alimentos desechados.

Con todo, siempre hay algún corto en que el juego de paradojas no acaba cuajando. Tal es el caso de Amor, realización de Biel Mauri con apoyo de la ESCAC, ya que la caracterización de los personajes resulta extremadamente grotesca.

Hyvä meininki, de N. Suominen



Divertimentos

August, Lorax, he speaks for the trees, Dolce di limbo, Betty B. & the The´sHistorias naif, como la producción checa Nora sa mi paci / Me gusta Nora, de Jakub slama, sobre la atracción que despiertan las extravagancias de Nora en un joven; hasta el humor grueso que David López Retamero imprime en los dibujos de Sam´s hot dogs / Los perritos calientes de Sam, contribuyeron a que se soltara más de una sonrisa. Pero no fueron las únicas. Ver como Matthias Hoegg contrapone en August / Agosto dos “filosofías vacacionales”, una tranquila y en familia frente al desparrame de jóvenes cargados de litros de cerveza; Lee Keeler parodia en Lorax, he speaks for the trees / Lorax habla por los árboles a los héroes salvadores de doncellas; O cómo Bruno Collet da vida a un muñeco de Bruce Lee en Le petit dragon / El pequeño dragón, es de lo más estimulante para la imaginación.

Sin embargo, aunque parezca imposible, ha habido propuestas aún más descabelladas. Caso de Dolce di limbo / El dulce limbo (ver trailer), en la que Arantzazu Gómez Bayón tiene la osadía de asociar pollos con santos pontífices del Vaticano; Betty B. & the The´s / Betty B. y los The´s (ver trailer), donde las paradojas con que Felix Stienz construye los planos dan un toque kaurismaquiano a este corto germano; o, finalmente, L´Arbitro / El árbitro, descojonante realización del italiano Paolo Zucca que imbuye en una pesadilla a un árbitro de fútbol con afán protagonista.

L´Arbitro, de P. Zucca




PALMARÉS

otorgado por el Jurado Internacional
compuesto por los periodistas Bernard Boulard y Francesc M. López y el músico Miqui Puig

• Premio FILMIN al mejor cortometraje internacional: Segal, de Yubal Shani (Israel)

• Premio OVIDE B.S. al mejor cortometraje de producción española: Rumbo a peor, de Álex Brendemühl (España)

• Premio VIDEOLAB a la mejor fotografía de producción española: Yanindara, de Lluís Quílez (España)

• Mención especial: The ground Beneath, de Rene Hernandez (Australia)


otorgado por el Jurado Obliqua
compuesto por el periodista Quim Casas, el director Roger Gual y el artista visual Nicolas Provost

• Premio OBLIQUA al mejor cortometraje de la sección Obliqua: Please say something, de David Oreilly (Inglaterra)


otorgado por el Jurado Joven

• Premio Jurado Joven al mejor cortometraje de la sección Obliqua: Flashed, de Julian Krubasik (Escocia)


otorgado por el Público

• Premio del Público al mejor Documental: Rani of the Ring, de Anita Sandhu (Reino Unido)

Comentarios

  1. Muchas Gracias por la crítica. Sólo una observación: aunque el montaje de ZEITRISS es digital, el corto se ha grabado íntegramente en formato analógico (S-16 mm), y la cámara lenta a 150 fps, de ahí la gran resolución.
    Saludos.
    Quimu.

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