R. Baker e I. Kershner

En recuerdo de dos directores de cine

Escribe Mister Arkadín


Roy Ward Baker...

Roy Ward Baker
Hay muertes (en el cine, en el arte, en cualquier actividad de la vida) que ocultan el recuerdo de otras muertes. Incluso si unas y otras corresponden a personas de cierta fama. Sea lo que sea, el más famoso, si eso es posible, se llevará todo el reconocimiento. Al menos de una forma momentánea.

Ocurrió en el pasado cuando Charles Chaplin y Howard Hawks se marcharon con un día de diferencia (el primero el 25 de diciembre, el segundo el 26 de aquel año de 1977). Fue Hawks el que quedó entonces doblemente enterrado ante la grandeza de Chaplin. Y pasará en el presente (si el presente tiene una entidad real) y pasará en el futuro.

Estos últimos meses hemos asistido a innumerables despedidas de gente del cine como los directores Chabrol, Penn, Berlanga, Monicelli o el actor Tony Curtis. Su importancia en el cine es tal que las otras despedidas pasaron desapercibidas.

Es la razón por la que hemos querido recordar a dos hombres del cine, que sin tener la categoría de los anteriores, también han dicho adiós en los últimos meses: Roy (Ward) Baker e Irvin Kershner.

El primero de ellos, en octubre, fue el inglés Roy Baker. Tenía 93 años y entre otras cosas será recordado como el director de la película que, en parte (secuencias, planos concretos) tomó (por decirlo suavemente) como referencia James Cameron para Titanic. Me refiero a La última noche del Titanic (1958), filme que consiguió el Globo de Oro a la mejor película extranjera del año.

Baker, nacido en Londres en 1916, comenzó en el cine al principios del siglo pasado en la faceta de la producción y como ayudante de dirección, labor, por ejemplo, que ocuparía en Alarma en el expreso (1939) de Hitchcock.

Durante la II Guerra Mundial sirvió en la unidad de documentación y propaganda del Ejército Inglés realizando varios documentales. Uno de sus mandos era el novelista Eric Ambler, gracias al cual, y sirviéndose de una novela suya, dirigió su primer filme, The october men (1947). No fue el único que realizó sobre una novela de Ambler, ya que poco después, en 1959, realizaría Armas secretas.

Sus primeras películas las firmó como Roy Baker. Una primera etapa donde rodó varias películas en Estados Unidos, trabajando con actores importantes tales como Tyrone Power (The house in the square, 1951), Marilyn Monroe, Anne Bancroft, Richard Widmark (Niebla en el alma, 1952), Linda Darnell (Night without sleep, 1952), Robert Ryan (Infierno, 1952, rodada en 3D)… Años más tarde trabajaría con Dick Bogarde y John Mills (El demonio, la carne y el perdón, 1961), al que volvería a tener el mismo año en su siguiente película (Fuego en las calles), o con Bette Davis (El aniversario, 1968).

Trabajó a las órdenes de productoras independientes especializadas en cines de misterio o terror como la Amicus o la Hammer. Fue aquí donde introdujo el termino Ward en su nombre, ya que en la productora existía un técnico de sonido que se llamaba Roy Baker.

La primer película que realizó para la Hammer fue la estimable ¿Qué sucedió entonces? (1967), tercera parte de la seria sobre el doctor Quaterman. En esta productora realizó películas interesantes, una de las mejores fue sin duda Doctor Jeckyl y su hermana Hyde (1971). Otra películas para la Hammer fueron Las amantes del vampiro (1973), Las cicatrices de Drácula (1972)… Para la Amicus realizó una muy interesante película de episodios (a la manera de esa productora), Refugio macabro (1972) con guión de Robert Block y con Peter Cushing de actor en uno de los episodios.

Otros títulos suyos, además de los citados, fueron El único evadido (1957), Kung Fu contra los siete hombres de oro (1973). Su último largometraje lo realizó en 1980, El club de los monstruos.

Sin embargo siguiendo trabajando en la televisión hasta el comienzo de la década de los noventa, donde a comienzos de los sesenta había empezado a realizar telefilmes o capítulos para diferentes series famosas como Los vengadores, El santo, Los invencibles de Némesis, Los persuasores

También presto atención al personaje de Sherlock Holmes en una serie sobre el personaje y en un telefilme.


...e Irvin Kershner

Irvin Kershner
Más cercanas está la muerte de Kershner que falleció a finales de noviembre. Tenía ochenta y siete años. Apenas tiene en su haber una veintena de películas como realizador.

Conocí personalmente al director hace años en el Festival de Cinema Jove de Valencia, donde se encontraba como jurado del certamen. Amable, culto, inteligente, de fácil charla, Irvin Kershner era todo un misterio. Un persona tan interesante como sorprendente.

Su cine, en general de interés mediano, era capaz de sobresalir en lo que parecía imposible como por ejemplo en la segunda película de la segunda parte (primera que se realizó) de La guerra de las galaxias, El imperio contraataca (1980) considerada por los expertos en la serie como la mejor película de la saga. Lukas, después del gran éxito obtenido con La guerra de las galaxias le dio la dirección porque sabes todo lo que un director de Hollywood se supone que sabe, pero no eres Hollywood. En esta película es donde tiene lugar la aparición del personaje del maestro Yoda y donde la serie se adentra decididamente en el lado oscuro.

Nació en Filadelfia en 1923. Se graduó en la escuela de cine de la Universidad del Sur de California. Su primera oportunidad le llegó, como a otros muchos, de la mano de Roger Corman para quien rodó Stakeout on Dope Street (1958). De 1961 es Refugio de criminales la primera película de Kershern que se estrena en España. De 1966 y 1967 son las curiosas Un loco maravilloso y Un fabuloso bribón. En la segunda el actor el George C. Scott, en la primera Sean Connery con el que volverá a repetir años después en lo que supondrá su vuelta al papel del agente 007, Nunca digas nunca jamás (1983).

Kershner parece tener un cierto regusto (o tenerle a él los productores para ello) para realizar secuelas. Suyas son también La venganza de un hombre llamado caballo (1976) y Robocop 2 (1990). Sobre guión de John Carpenter realizó Ojos (1978). Su último trabajo fue el episodio piloto para la serie Los vigilantes del fondo del mar.

Esporádicamente intervino en algunas películas como actor siendo en este aspecto su trabajo más conocido en La última tentación de Cristo (1988) de Scorsese.

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