UGC Ciné Cité cierra sus salas en Valencia

Hemos leído en la prensa la noticia de que el complejo de cines UGC Ciné Cité de Valencia proyectará sus últimas películas en el día de hoy. Valencia, una ciudad importante en cuanto al número de salas, continúa perdiendo butacas. Hace un tiempo fueron los cines Albatros y ahora este complejo. En ambos casos la pérdida es sensible para los cinéfilos pues en sus salas se proyectaban películas en versión original. Los Albatros dentro de su programación centrada en el cine más minoritario, y los UGC Ciné Cité con una exhibición comercial. En el caso de UGC Ciné Cité la ubicación en un centro comercial que no ha funcionado por diferentes motivos ha acelerado su venta a otra cadena y no está claro que se puedan reabrir en un futuro.

Mientras las salas de cine van cerrando, asistimos a diferentes debates entre productores, exhibidores y responsables de webs que intentan comercializar contenidos en Internet. En el diario El País podéis ampliar esta noticia. Y el resultado de estos encuentros no es excesivamente esperanzador. Parece que la industria sigue en su línea de apostar por la exhibición tradicional y confía en que la llamada ley Sinde pueda impedir el sangrante efecto de la piratería.

Mucho nos tememos que esta confianza en la lucha contra la piratería, aunque necesaria, no sea válida. Por una lado, la ley Sinde, sobre el papel, no parece que vaya a ser determinante, ni en cuanto a operatividad ni en cuanto a efectividad y tendremos que ver como funciona legalmente cuando se ponga realmente en marcha a golpe de sentencia judicial. Por otro lado, el mundo del cine sigue, salvo excepciones, sin entender que las cosas han cambiado. Reconocen que internet ha significado un cambio pero nadie mueve ficha en torno a nueva distribución de los contenidos audiovisuales. Las plataformas legales de exhibición en internet, por la que los usuarios pagan para acceder al contenido, también se quejaban de las pocas ayudas recibidas para fomentar esta estrategia.

Pensar que las cosas van a retroceder hasta el punto situado hace diez años es negar el presente. Mientras la lucha esté basada únicamente en decisiones judiciales, el sector audiovisual español estará en manos de otros. Cuando se pongan las pilas para competir en Internet nos habrán superado las grandes empresas exhibidoras y distribuidoras foráneas.
Hay que tener en cuenta, además, que el hábito del espectador más joven está más relacionado con la pantalla de ordenador o equipos móviles, donde pueden además interactuar, que con la necesidad de acudir a una sala de cine.