Se acaba la Mostra de Cine de Valencia

Se va la Mostras tras
32 ediciones


Esta mañana leíamos en el diario Las Provincias unas chocantes declaraciones del director de la Mostra de Valencia, Sebastián Cardiel, en la cuales hablaba de que era el director de la Mostra en sus ratos libres o por las noches. Olía a cadáver. Unas horas después, la alcaldesa de Valencia anunciaba que debido a la situación económica se había decidido cancelar, al menos durante los años que dure esta recesión, el citado festival.
Mala manera para finiquitar un certamen que este mismo año celebró su XXXII edición. Y lo bien cierto es que la Mostra de Valencia había muerto hace ya bastante tiempo. Un festival debe mantener un rigor, un compromiso y  seguir fiel a las líneas trazadas originalmente, algo difícil de seguir si el festival queda a merced de variados gestores administrativos y políticos.
Los vaivenes artísticos han sido brutales, desde su original adscripción al cine del Mediterráneo, pasando por las películas Troma y desembocando en el cine de aventuras de esta última etapa. No hay festival que pueda resistir esto. Ni siquiera en Valencia.
Es cierto que el Festival nació ya lastrado por dos errores, primero, la etiqueta fundacional referida al cine mediterráneo, algo inexistente y limitado únicamente a la ubicación territorial; y segundo, la capacidad de generar negocio a través de la distribución y la exhibición. Pero también es cierto que durante los primeros años se pudo ver un cine de interés, sobre todo en los ciclos paralelos que completaban las secciones oficiales e informativas y donde pudimos amplias retrospectivas sobre el cine de la Nouvelle Vogue, la comedia italiana o el cine yugoslavo antes de su fractura política. Este primer periodo fue apoyado por el público que acudía en masa al cine ansioso de ver películas en albanés sin apenas subtítulos.

Siempre limitado a la temática mediterránea y sin traspasar la frontera del espectáculo se pudo ver por aquí a figuras de la talla de Vittorio Gassman, Giulietta Masina, Marco Ferrari y una larga lista de nombres conocidos. El propio Almodóvar, cuando todavía no era un sesudo autor, presentaba aquí sus películas en un ambiente festivo con salas absolutamente llenas y espectadores sentados en el suelo. En nuestra revista de cine Encadenados, en la versión en papel, dejamos constancia de estas primeras ediciones con gobierno socialista e incluso fuimos obsequiados con la expulsión del boletín oficial de festival en la que participamos un año. Éramos muy jóvenes (o los gestores muy serios).
Cuando lo popular pasó del público a la política, durante las siguientes ediciones el nuevo equipo de gobierno mantuvo el carácter del festival, aunque algunos homenajes que igual se dedicaban  a Pasolini que a Vicente Parra, ya parecía que indicaban cierta dirección errática. A partir de ese momento, los diferentes directores bascularon del carácter mediterráneo hacia la alfombra roja. Por Valencia pasaron infinidad de estrellas del mundo del cine: Anthony Perkins, Lauren Bacall, Jeremy Irons, Isabel Pantoja -gran actriz-, Catherine Deneuve, Daryl Hanna y un largo etcétera, aunque siempre parecían ajenos y desconectados del festival. Eso sí, muy simpáticos (casi)todos. Desde ese momento el festival fue languideciendo...

Con todo, siempre hemos visto cine en la Mostra. En esta última edición hicimos un completo seguimiento que podéis leer en nuestra revista y vimos algunas películas interesantes, pudiendo conversar con sus actores o directores. Por eso, y  porque asistimos desde el principio a este festival, le teníamos cariño. Lástima que el final del festival haya venido de un brusco recorte y no de la necesaria reflexión sobre su idoneidad o no.

Escribe Luis Tormo

Comentarios

Entradas populares de este blog

Crítica de Mi nombre es Khan

La Filmoteca. Programación del 3 al 8 de marzo de 2020

Crítica de Fama